Implantación
Amnios y Líquido Amniótico
Saco Vitelino
Alantoides
La alantoides es un anexo extraembrionario que se origina del saco vitelino. Contribuye a la formación de la vejiga, el uraco y los vasos umbilicales (vena y arterias).
Se forma al inicio de la cuarta semana como una invaginación en la porción caudal del saco vitelino. Cuando se forma el intestino primitivo, parte del saco vitelino se incorpora a este, y es así que la alantoides queda como una invaginación del intestino posterior y se introduce en el pedículo de fijación. Del pedículo de fijación se forma el cordón umbilical, y el mesodermo de la alantoides contribuye en la formación de los vasos umbilicales.
Durante el segundo mes, la porción extraembrionaria de la alantoides degenera y la porción intraembrionaria forma un tubo, el uraco, que conecta la vejiga urinaria con la salida del cordón umbilical. En la vida posnatal, el uraco forma un cordón fibroso que une a la vejiga urinaria con el ombligo, el ligamento umbilical medio.
Las alteraciones en el desarrollo de la alantoides pueden provocar que el cordón umbilical tenga solo dos vasos en vez de tres, lo cual puede carecer de importancia clínica, aunque con frecuencia se asocia a anormalidades cardiacas o renales.
Por otra parte, si no se oblitera en su totalidad para formar el uraco, puede dar lugar a las fístulas o quistes uracales.
Corion y Vellosidades Coriónicas
Esquema del desarrollo de la placenta
- Corte coronal de un útero que muestra elevación de la decidua capsular por expansión del saco coriónico de un embrión de cuatro semanas implantado en el endometrio de la pared posterior.
- Dibujo aumentado del lecho de implantación. Las vellosidades coriónicas se expusieron al hacer una abertura en la decidua capsular.
C a F. Cortes sagitales del útero en gestación de la quinta a la vigesimosegunda semana, que muestran el cambio de las relaciones de las membranas fetales con la decidua. En F, amnios y corion se han fusionado entre sí y con la decidua parietal, obliterando así la cavidad uterina. Obsérvese en D a F que las vellosidades coriónicas solo persisten donde el corion se asocia a la decidua basal.
Unión fetomaterna
La parte fetal de la placenta (corion velloso) está unido a la porción materna (decidua basal) a través del escudo citotrofoblástico, una capa externa de células trofoblásticas situadas en la superficie materna de la placenta.
Las vellosidades coriónicas se unen a la decidua basal a través del escudo citotrofoblástico y fijan el saco coriónico a la decidua basal. Las arterias y venas endometriales pasan libremente a través de hendiduras del escudo y se abren hacia el espacio intervelloso.
La forma de la placenta depende del área persistente de vellosidades coriónicas. Normalmente, se trata de una zona circular que otorga forma de disco a la placenta. A medida que las vellosidades coriónicas invaden la decidua basal, el tejido decidual se erosiona para aumentar el espacio intervelloso. Esta erosión produce varias zonas de tejido decidual en forma de cuña, los tabiques placentarios, que se proyectan hacia la placa coriónica, la parte de pared coriónica relacionada con la placenta. Los tabiques placentarios dividen la parte fetal de la placenta en cotiledones. Cada cotiledón está formado por dos o más vellosidades primarias y sus múltiples vellosidades ramificadas. Al finalizar el cuarto mes, la decidua basal ha sido casi completamente sustituida por los cotiledones.
La decidua capsular, forma una cápsula sobre la superficie externa del saco. A medida que el producto crece, la decidua capsular se abulta hacia la cavidad uterina y se atenúa. Finalmente, la decidua capsular entra en contacto con la decidua parietal, con la que se fusiona, y rellena lentamente la cavidad uterina. Hacia la semana 22-24, la disminución del riesgo sanguíneo de la decidua origina su desaparición. Después, la parte lisa del saco coriónico se fusiona con la decidua parietal, cuando la sangre escapa del espacio intervelloso. La acumulación de sangre empuja a la membrana coriónica y la separa de la decidua parietal, estableciendo de ese modo el espacio potencial de la cavidad uterina.
Espacio intervelloso
Este espacio contiene la sangre materna y proviene de las lagunas que se formaron en el sincitiotrofoblasto durante la segunda semana del desarrollo. Es consecuencia de la unión y crecimiento de las redes lacunares.
Los tabiques placentarios dividen el espacio intervelloso de la placenta en compartimientos, sin embargo, existe comunicación libre entre ellos debido a que los tabiques no llegan a la placa coriónica.
La sangre materna penetra en el espacio intervelloso a través de las arterias endometriales espirales de la decidua basal. Estas arterias pasan a través de hendiduras del escudo citotrofoblástico y vierten sangre en el espacio intervelloso.
Este espacio es drenado por las venas endometriales, que penetran en el escudo citotrofoblástico. Estas venas se encuentran en toda la superficie basal. Las numerosas vellosidades coriónicas secundarias, surgen de las vellosidades primarias, son bañadas continuamente por sangre materna que circula a través del espacio intervelloso. La sangre lleva el oxígeno y las sustancias nutritivas necesarias para el crecimiento y desarrollo fetales. La sangre materna también contiene productos de desecho, como dióxido de carbono, sales y productos del metabolismo proteico.
Circulación placentaria
Esquema de un corte transversal de una placenta, que muestra:
- La relación del corion velloso (parte fetal de la placenta) con la decidua basal (parte materna de la placenta).
- Circulación placentaria fetal.
- Circulación placentaria materna.
La sangre materna fluye hacia el espacio intervelloso en brotes en forma de embudo de las arterias endometriales espirales y realiza un intercambio con la sangre fetal a medida que la sangre materna pasa alrededor de las vellosidades secundarias. A través de ellas se lleva a cabo el principal intercambio de material entre madre y embrión/feto. La sangre arterial que penetra, desplaza la sangre venosa hacia el espacio intervelloso en las venas endometriales, que se diseminan en la totalidad de la superficie de la decidua basal. Las arterias umbilicales llevan sangre fetal poco oxigenada (en azul) a la placenta que la vena umbilical lleva sangre oxigenada (en rojo) al feto. Los cotiledones están separados entre sí por tabiques placentarios, que son proyecciones de la decidua basal. Cada cotiledón se compone de dos o más vellosidades primarias y de numerosas secundarias.
Funciones de la Placenta
Implantación de la Placenta y Alteraciones
Cordón Umbilical
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